La cantaora bollullera Raquel Salas ha marcado un hito en el mundo del flamenco al convertirse en la primera mujer en alzarse con la prestigiosa Lámpara Minera en el XXXVI Concurso Nacional de Cante Flamenco “Ciudad de Peñarroya-Pueblonuevo” celebrado recientemente en la provincia de Córdoba. 

El galardón, símbolo de excelencia en el cante jondo, ha sido otorgado en una final de gran nivel donde Raquel destacó por su calidad y buen hacer en el escenario. 

El alcalde, Rubén Rodríguez, se congratula por este logro y ha transmitido su más sincera felicitación a Raquel Salas en nombre de toda la corporación local. 

Gracias al trabajo, talento y la dedicación de artistas como ella, Bollullos continúa figurando en el mapa del flamenco a nivel nacional.

Raquel ha definido este reconocimiento como un “honor inmenso”, subrayando la enorme responsabilidad que implica ser la primera mujer ganadora en este certamen centenario, un hecho que simboliza un avance relevante para la visibilidad femenina en el arte del cante. 

Su éxito en Peñarroya no es un hecho aislado: Raquel ha construido una carrera sólida y ascendente en los circuitos flamencos de España. Desde sus inicios en los concursos de fandangos y peñas, ha cosechado un amplio palmarés, con numerosos primeros premios en certámenes provinciales y nacionales. 

En 2024 cerró un año lleno de reconocimientos imponiéndose en importantes concursos de Málaga y Granada, y también obtuvo el trofeo “Molino de Lo Ferro” en el prestigioso Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro (Murcia). 

Raquel estudió desde muy joven con destacados maestros y ha perfeccionado su arte tanto en peñas flamencas como en escenarios de renombre, consolidándose como una de las voces más personales y respetadas del flamenco actual. 

Un pilar fundamental en su carrera artística ha sido su pareja, el guitarrista Mané Ortega, con quien Raquel comparte escenario y proyecto musical. Ortega, reconocido por su toque sensible y la sutil complicidad que mantiene con la cantaora, ha acompañado a Raquel en recitales y concursos, aportando una guitarra que realza y da sentido a cada interpretación. Esta alianza artística y personal ha sido clave en muchos de los éxitos de Raquel, y ella no ha dudado en reconocer públicamente su trabajo.